sábado, 13 de diciembre de 2008

CCOO considera necesario actuar sobre las causas de la inflación estructural


CCOO considera, tras la publicación de los datos del IPC del mes de noviembre que recoge una bajada de los precios de cuatro décimas y del 1,2% en términos interanuales, mientras que la inflación subyacente, que no tiene en cuenta ni los alimentos no elaborados ni el precio de los carburantes, se ha situado en el 2,7%, es decir por encima de la inflación general, que hay que actuar sobre las causas de la inflación estructural, especialmente en aquellos sectores que como la distribución y los servicios encarecen de una forma exagerada el precio de los bienes de consumo básicos.


El Índice de Precios de Consumo (IPC) bajó cuatro décimas en noviembre respecto al mes anterior. Los precios descendieron en términos interanuales por cuarto mes consecutivo, 1,2 puntos hasta el 2,4%, tras la escalada que les llevó hasta el 5,3% en julio. Este descenso se explica por el fuerte descenso del precio de los carburantes.

El descenso es importante porque el dato del IPC de noviembre marca la referencia para la revalorización de las pensiones. El fuerte descenso de la inflación respecto al dato de hace un año, reduce la desviación de los precios respecto a la subida inicial de las pensiones (2%) y el importe que ahora debe abonar a cuenta el Estado. Así, la compensación de la desviación de cuatro décimas tendrá un coste aproximado de 312 millones y una cuantía similar la consolidación de esta desviación para el próximo año. En total unos 624 millones de euros.


La importancia de factores coyunturales en la fuerte moderación de la inflación de estos últimos meses se refleja en la evolución de la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) que en noviembre disminuye dos décimas hasta el 2,7%, por encima de la tasa del índice general. Es decir, el núcleo estructural del aumento de los precios se mantiene a pesar del fuerte deterioro de la actividad económica y la crisis y recesión en la que se hayan sumidos parte de los sectores económicos y de las familias. Por ello, para CCOO, es necesario actuar, especialmente, en aquellos sectores, como la distribución y los servicios, que encarecen de una forma exagerada el precio de los bienes de consumo básicos.


A pesar de la moderación del IPC y de la disminución del consumo asociada a la situación de crisis económica, hay algunos grupos relevantes que todavía registran aumentos de precios superiores al cuatro por ciento en el último año: bebidas y tabaco, vivienda, enseñanza y hoteles, cafés y restaurantes. Por el contrario, transporte ha disminuido sus precios respecto al año anterior y otros grupos como comunicaciones, ocio y cultura, medicina, vestido y calzado los han incrementado menos del uno por ciento. Desagregando más, por rúbricas, algunas siguen presentando aumentos muy elevados superiores al ocho por ciento en un año: transporte público, calefacción y algunos alimentos (cereales, frutas frescas, café e infusiones).


Igual que el fuerte incremento de los precios entre agosto de 2007 y el verano de 2008 tuvo un efecto lesivo para los intereses de los trabajadores y las familias, un descenso muy brusco del IPC en el contexto de la delicada situación actual también puede introducir derivadas negativas en la evolución de la economía y de las rentas salariales.


La tendencia de descenso de los precios y su aproximación inicial al objetivo de referencia del 2% hará que este año no se activen buena parte de las cláusulas de revisión salarial recogidas en los convenios colectivos. El establecimiento de cláusulas de garantía salarial es necesario para garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores cuando el IPC se desvía de los incrementos pactados ligados a inflación prevista y la productividad real.

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