La exposición laboral a sustancias químicas ocasiona en España 4.000 muertes y más de 33.000 enfermedades, pero ninguna de ellas se registran como muertes o enfermedades laborales, tal y como sucede en otros países de nuestro entorno, como Francia o el Reino Unido. El secretario confederal de Salud Laboral de CCOO, Pedro J. Linares, ha denunciado esta mañana este subregistro durante la inauguración del VI Foro Istas de Salud Laboral, que en esta edición aborda la prevención del riesgo químico.
Linares ha señalado a la Administración y a las mutuas de accidentes de trabajo como responsables del subregistro. En España., la mayoría de las enfermedades profesionales se consideran enfermedades comunes y, por tanto, se tratan en el sistema general de salud, con el consiguiente gasto para los contribuyentes.
Linares ha señalado a la Administración y a las mutuas de accidentes de trabajo como responsables del subregistro. En España., la mayoría de las enfermedades profesionales se consideran enfermedades comunes y, por tanto, se tratan en el sistema general de salud, con el consiguiente gasto para los contribuyentes.
El responsable de Salud Laboral de CCOO ha alertado de que casi tres millones y medio de trabajadores están expuestos a cancerígenos y de que un 27,5 % manipula o respiran productos nocivos o tóxicos en sus lugares de trabajo. Los sectores con más exposición a sustancias químicas son la construcción y la industria.
Linares ha denunciado la gestión del riesgo químico en la empresa y ha destacado la falta de formación y de información que reciben los trabajadores sobre el uso de sustancias químicas. Sólo un tercio de los trabajadores ha recibido algún tipo de información sobre riesgo químico.
El Foro Istas, fundación promovida por CCOO, reúne desde hoy hasta el próximo 12 de marzo a destacados científicos, sindicalistas y expertos mundiales en la prevención del riesgo químico.La ponencia inaugural del Foro Istas la ha impartido Joel Tickner, investigador de la Universidad de Massachusetts (EEUU). Tickner, uno de los más destacados expertos mundiales en riesgo químico, ha señalado que debemos acabar con la idea de que las sustancias químicas son seguras hasta que no se demuestre lo contrario. Debería prevalecer el principio de precaución -ha señalado- y no comercializar una sustancia hasta que no se demuestre que no es nociva ni para la salud ni para el medio ambiente.
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