lunes, 2 de febrero de 2009

Los costes laborales siguen estando en España por debajo de la media europea


Pese a sus reiterados llamamientos contra el incremento de los salarios, las empresas españolas saben que cuentan con una ventaja competitiva en los costes laborales a la hora de competir con las empresas europeas. Los costes laborales representan en España un 54,5% del valor de cada unidad producida (coste laboral unitario), mientras que en la eurozona suponen el 56,7%. Esto significa que la remuneración que recibe un trabajador por la misma productividad, está por debajo de la media europea.


Por otro lado, tanto los salarios negociados en convenio como el salario medio, han tenido una evolución moderada a lo largo de la etapa de crecimiento. El repunte que se está produciendo en el salario medio tiene, en gran parte, un origen estadístico, resultado de la recomposición de la estructura ocupacional provocada por la crisis económica que destruye los puestos de trabajo menos productivos y más prescindibles. Estos empleos están remunerados con los salarios más bajos y su amortización hace subir las medias salariales, al igual que eleva la productividad por hora, que en 2007 creció un 1,8%.


CCOO cree que la competitividad del aparato productivo español está más relacionada con la calidad, la innovación, el diseño y la fidelidad de marca, que con la rebaja de los costes laborales. La inversión en investigación, desarrollo e innovación, y la inversión en formación y cualificación de la mano de obra, son las palancas para impulsar el desarrollo de estos factores. Su rentabilización requiere, además, la internacionalización del aparato productivo (elevar el número de empresas exportadoras), aumentar el tamaño de las empresas (para explotar las economías de escala y alcance) y tener un sistema bancario dispuesto a financiar proyectos empresariales de futuro que no vengan avalados necesariamente por garantías físicas. Desgraciadamente, la economía española se ha alejado de este modelo de crecimiento más productivo. El ahorro disponible para la inversión se ha dirigido en gran parte a la producción de viviendas que ofrecía una elevada tasa de rentabilidad pero que no sirve para incrementar el potencial crecimiento de la economía española.

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